"Puedes ser el controlador aéreo de tú aeropuerto mental. Ocupas la torre de control y puedes dirigir el tráfico mental de tú mundo".  

Querida Sociedad:

Este es otro día más en el cual levantarme de la cama es una odisea, te confieso que; no me quiero bañar, me apesta la vida por todo, todo y todo. ¿Respirar? se me dificulta, es una tempestad que me arropa y no me deja ir. Estoy destrozado; como si estuviera muerto, triturado por dentro. Me encuentro practicando la actuación del día: sonreírle a la vida y pretender que todo anda bien. Pero, ¿qué tal el dolor que no se ve, pero se siente? ese que no se puede describir, pero duele. 

Señora, le confieso que en algunas ocasiones desearía confiar en usted, pero, me da miedo. ¿Puedo decirle que la odio? disculpa, pero ya lo dije. ¿Sabes cuántos errores cometí y los que cargaré el resto de mis días por su culpa? Perdí la fe en usted. Maldecir, se volvió el alivio a mi alma, porque el oscuro cielo de una tarde lluviosa se convertía en mi sol y mis buenos días. Le pedí a Dios que me diera la valentía de partir lejos de ti, pero ignoró mi petición. ¡Cuánto dolor siento dentro de mí!

¿Observas mi risa?, ¿puedes ver más allá?, ¿el dolor?, ¿el grito?, ¿el llanto? Las personas han pensado que soy la persona más feliz. Pero, la realidad del caso es que soy uno más del montón que se disfrazan para no verse derrotado, de los que detrás de cada sonrisa lleva un atuendo de despecho; el reflejo de un espejo roto en mil pedazos. Señora, tengo que reconocer que usted juega un papel importante en la vida del ser humano. Aunque no queramos,  los comentarios siempre influirán, ya sea para elogiarnos o MATARNOS. Usted y su gente son los que ponen el sello de dolor a las personas, pero al final fingen tener lástima.

Me causa risa cuando las personas dicen: ¿Otro viaje más? Si supieran que algunos viajes fueron la escapada perfecta del ataque constante de la maldita sociedad. Pero, ¿qué podemos esperar de ella? una sin escrúpulos, que destruye la vida en cuestión de segundos y tarda en reconstruir, una que no tiene empatía, misericordia y mucho menos amor. ¡Qué coraje!

Aún recuerdo las veces que ejerciste presión, a tal nivel que me quedé sin fuerzas en la bañera y me quería internar. Porque me susurrabas que no era capaz de ser uno en ti. Solo unos pocos entendieron mi angustia y se quedaron hasta que vencí esta lucha. Debido a que pude ganarte. Pero, ¡Qué impotencia! al ver que otros no pudieron con la presión y hoy solo son un recuerdo en nuestras memorias.

A ti que eres parte de esta sociedad, sé agente de cambio. En vez de lanzar comentarios despectivos e hirientes, mejor utiliza palabras de ungüento que sanen y cicatricen lo que normalmente hiere y quebranta con sus comentarios llenos de completa ignorancia.

Agradezco a la VIDA, por permitirme tener personas a mi alrededor que fueron de apoyo en todo este proceso, familiares, amistades, al igual que profesionales de la salud.

Sociedad, no queremos más víctimas.

En fin, te vencí señora sociedad. Los buenos somos más.

Atte. EL SOBREVIVIENTE

Tú que me lees…

¿Estas herido?, ¿Deseas rendirte y no seguir hacia adelante?, ¿La sociedad te ha atacado sin misericordia?, ¿Nada te sale como deseas?, ¿La vida a sido dura contigo? Es momento de buscar ayuda. Existen profesionales en el área, que están preparados para darte las herramientas necesarias para seguir hacia adelante.

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