«La ignorancia mata a los pueblos.“ José Martí

La Habana, ciudad donde el tiempo se detiene. La capital cubana ofrece unos toques únicos que se han mantenido intocables a través del tiempo. El color único en sus calles, sus casas y sus vehículos te remontan a los años cincuenta. Su música adorna cada rincón de la ciudad haciendo que conectes con el ritmo y la nostalgia cubana. Su alegría es una contagiosa, su picardía y estilo «charlatán» es uno que se hace parte de esta exquisita cultura. Es bella, decente, tranquila, caótica y misteriosa. Es distinta, una ciudad que te invita a descubrirla.

Recuerdo que a mis 12 años siempre quise viajar a: Venezuela, Italia y Cuba (Ni me pregunten porque, solo sé que siempre la historia de estos países me han llamado la atención). Hace un tiempo se me dio la oportunidad de visitar la bella Cuba, ¡un sueño realidad! Ese momento cuando el avión aterrizó, el capitán notificó «bienvenidos al Aeropuerto Internacional José Martí en La Habana, Cuba». Lloré. El sueño de niño se comenzaba a cumplir. Un destino que veía lejos por culpa de aquellos hombres; que por ambiciones absurdas se creen dueños de la libertad del ser humano. Cuba superó mis expectativas. ¡Estoy loco por volver a esta hermosa ciudad!