Hace una semana se supone que llegara a Puerto Rico luego de visitar El Salvador, antes de salir de este país, experimenté un sinsabor como nunca, primero, me cancelan el vuelo por un apagón en el aeropuerto donde hacía la conexión, por ende, me quedo una noche más en San Salvador, al otro día, cuando voy a registrar mi equipaje, me dicen que el vuelo a Puerto Rico lo habían cancelado. Comenzó la aventura, primera parada, Panamá. Me tuve que quedar algunos días en Ciudad Panamá, gracias a mis amigos (Idauly y Gabriel) que vinieron al rescate y, actualmente en Miami mi querida prima (Jes). Gracias por sus atenciones, ayuda y soportarme. Gracias, gracias, gracias, gracias y más gracias.
Antes de que mi S.O.S fuera escuchado, estuve horas largas en dichos aeropuertos, mi experiencia fue la siguiente: la espera desespera y estar en un aeropuerto encerrado por horas es horrible, peor aún, cuando pierdes comunicación con tus familiares porque el huracán había llegado. Estaba desesperado y ansioso porque llevaba más de 24 horas sin saber de ellos, se podrán imaginar (probablemente ustedes pasaron algo similiar o lamentablemente lo están pasando) ese momento, las imágenes desde un aeropuerto eran desgarradoras, ver como este fenómeno pasaba por la Isla hacía pedazos mi corazón; les confieso que no pude disimular las lágrimas ante la impotencia de no poder estar con mi familia y amistades, pero, el apoyo de las personas que sabían que era de Puerto Rico sirvió como un bálsamo, porque en ese momento, esos extraños se convirtieron en mi familia y apoyo.
Al transcurrir los días, las lágrimas seguían reproduciéndose, la alegría de saber que en casa todos estaban bien pero, quebrantado por aquellas personas que perdieron sus casas y pertenencias, otros aún siguen enfermos y sigo preocupado porque al día de hoy, no sé nada aún de algunas personas.
En Puerto Rico, lamentablemente algunas personas han perdido sus vidas, hay poca o ninguna comunicación, al igual que otros compañeros que se encuentran en otros países y/o aeropuertos detenidos, siento angustia y desespero. No saben el juego de emociones cuando llega la hora de salir pero desvían la ruta para llegar a casa, aún no puedo estar con los míos.
En medio de todo, vamos a mantener la calma, seamos empáticos, solidarios y estemos positivos ante la situación. Puerto Rico se levanta y esto nos hará más fuerte, Puerto Rico embellecerá nuevamente y su encanto será mucho mejor, seguimos siendo la ISLA DEL ENCANTO.
Gracias a los amigos que han estado pendiente de como he estado, siempre estaré agradecido por sus atenciones y apoyo.
#PuertoRicoselevanta
#FuerzaPuertoRico